Combustibles de aviación

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Los combustibles de aviación consisten en gasolina de aviación y combustible para aviones, también conocido como parafina. La parafina o jet A1, utilizada en la aviación comercial, debe ser rastreada desde la refinería hasta la aeronave, es decir, desde el almacenamiento en refinerías y depósitos hasta los tanques de las aeronaves. De hecho, la contaminación por microorganismos siempre es posible, debido a la presencia de agua residual, aunque ésta se haya eliminado en gran medida por la presencia de filtros coalescentes en los sistemas de combustible. Los microorganismos de la interfaz entre el agua y el hidrocarburo pueden crecer debido a la presencia de agua, sales minerales y carbono necesarios para su desarrollo.

Repostar un avión con parafina

Dos biocidas para combustible cuentan con aprobación aeronáutica:

No se permiten tratamientos biocidas a lo largo de la cadena de distribución: refinerías, depósitos de petróleo y almacenamiento en aeropuertos. Estos tratamientos contra los microorganismos, cuando están permitidos, sólo pueden realizarse en los depósitos de los aviones con el acuerdo del fabricante del motor y del fabricante del avión. En la actualidad, en Europa no se dispone de ningún biocida para el combustible de aviación, por lo que deben utilizarse otros métodos de descontaminación. Como primer paso, deben utilizarse análisis microbiológicos para identificar la parte contaminada del combustible en el depósito.

Los análisis microbiológicos del combustible jet A1 se realizan en nuestro laboratorio de acuerdo con la Método de filtración normalizado IP 385 y ASTM D6974

Pruebas MICROTEST P El MICROBMONOTOR2 permite realizar pruebas sobre el terreno.

Uno de los métodos recomendados sin el uso de biocida para combustible de aviación es la desinfección de los depósitos vacíos de las aeronaves una vez vaciado el combustible de aviación. Una vez vacío el depósito, límpielo a fondo y desinféctelo con un biocida como FUELCIDE D1.5 mezclado a 300 ppm con combustible de aviación. Limpie bien el depósito para eliminar cualquier resto de biocida. Vuelva a llenar el depósito con combustible de aviación. Este método eliminará los microorganismos, el agua y los depósitos sólidos.

Otro método consiste en tratar el depósito con un biocida no registrado, dejar que el biocida actúe durante un tiempo y, a continuación, vaciar el depósito para no utilizar el combustible de aviación tratado.